Las obras de Plaza Nueva arrancan en octubre y terminarán en 2027

El proyecto, con una inversión de 4,5 millones, renovará pavimentos, vegetación y mobiliario urbano de este espacio emblemático de Sevilla.
Sevilla
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Redacción LVS
Actualizado lunes, 29 de septiembre de 2025 - 19:09

El Ayuntamiento de Sevilla ha anunciado el inminente inicio de las obras de remodelación integral de la Plaza Nueva, un proyecto de gran envergadura que comenzará en octubre y se prolongará durante 18 meses. La actuación, adjudicada a la constructora Martín Casillas, contará con una inversión superior a los 4,5 millones de euros y supondrá la transformación más ambiciosa de este espacio emblemático desde la instalación del tranvía. El objetivo municipal es claro: recuperar la funcionalidad, la estética y el valor patrimonial de este enclave neurálgico del casco histórico.

El alcalde José Luis Sanz ha confirmado que las obras coincidirán con la Semana Santa de 2026, aunque se adoptarán medidas para que las molestias sean mínimas. La intervención se ejecutará por fases y afectará tanto al pavimento como al arbolado, mobiliario urbano e infraestructuras, con el fin de resolver los múltiples desperfectos acumulados por décadas de uso intensivo y mantenimiento desigual.

Un nuevo diseño para el corazón de Sevilla

Entre las actuaciones más destacadas figura la ampliación del espacio central de la plaza, que pasará de 88 x 48 metros a 105 x 59 metros, recuperando su configuración anterior al trazado del tranvía. Esta zona será repavimentada con mármol blanco de Macael, tratado con productos antimanchas y antideslizantes. La solería existente presenta problemas de resbaladicidad y hundimientos que han provocado numerosos accidentes, por lo que su renovación se considera prioritaria.

En la periferia, se utilizarán losas de granito y adoquines para configurar nuevas áreas de tránsito y estancia. También se reformarán las calles aledañas, como Madrid y Bilbao, en colaboración con Emasesa. Las intervenciones anteriores en Zaragoza y Méndez Núñez ya introdujeron el modelo de plataforma única, que ahora se extenderá al entorno de la Plaza Nueva.

Respecto a la vegetación, se trasplantarán cuatro palmeras desalineadas y se plantarán 15 nuevos ejemplares (11 plátanos y 4 naranjos) para reforzar la simetría. Los parterres serán rediseñados y se eliminarán los setos de mirto deteriorados.

Unidad de estilo y mejora de la accesibilidad

Uno de los objetivos del proyecto es la unificación del mobiliario urbano, hoy disperso y sin coherencia estética. Se instalarán bancos de fundición en gris forja, otros dobles para la zona central, pérgolas decorativas en los extremos norte y este —inspiradas en los antiguos quioscos de música— y dos fuentes de agua potable accesibles. Con ello, el Ayuntamiento busca devolver a la plaza una imagen histórica coherente y ordenada.

En paralelo, se actuará sobre el alumbrado monumental, con nuevas instalaciones para realzar tanto la estatua de San Fernando como la fachada del Consistorio. Aunque no será necesario intervenir en el saneamiento, sí se renovarán cuadros y conductores eléctricos.

Una reorganización pensada para convivir con la ciudad

La reorganización de usos contempla el desplazamiento de la carga y descarga a la calle Madrid, liberando el entorno del Hotel Inglaterra para motos, mientras los taxis mantendrán su ubicación actual. Los elementos de movilidad sostenible (Sevici, patinetes y bicicletas eléctricas) se alinearán frente a los números 3, 4 y 5 del lado sur. Además, se eliminará uno de los apeaderos del tranvía, el menos utilizado, manteniendo la bifurcación operativa.

Un lugar con historia y memoria

La Plaza Nueva es mucho más que un nodo urbano. Su historia se remonta a la Edad Media, cuando era conocida como la Laguna de la Pajería. Tras ser desecada y utilizada como cementerio, fue ocupada por el Convento de San Francisco, cuyos restos dieron paso a la actual configuración tras su demolición en 1848. Desde entonces, ha sido escenario de ferias, actos cívicos y celebraciones populares. En el centro, la estatua ecuestre de Fernando III recuerda el papel histórico de este enclave como símbolo de la identidad sevillana.

El Ayuntamiento considera que esta remodelación permitirá que la Plaza Nueva recupere su función como gran salón urbano de Sevilla, adaptado a las necesidades contemporáneas pero fiel a su carácter histórico y representativo.

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