Julián Álvarez, la estrella colchoneta que pudo ser merengue

El delantero argentino se ha convertido en el gran ídolo rojiblanco tras marcar dos goles en el derbi contra el Real Madrid. Una paradoja del destino: de niño estuvo a punto de fichar por el club blanco, pero la normativa FIFA se lo impidió. Hoy es el fichaje récord del Atlético y la gran apuesta de Simeone.
Madrid
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Redacción LVS
Actualizado martes, 30 de septiembre de 2025 - 07:05

El Metropolitano rugió como en las grandes noches. Julián Álvarez, recién llegado para cambiar la historia colchonera, marcó dos goles en el derbi contra el Real Madrid y dejó un guiño inevitable al pasado: el club blanco ya lo había querido fichar cuando era un niño en pruebas en Valdebebas.

Julián Álvarez nació en Calchín, Córdoba (Argentina) en 2000. Desde niño llamó la atención por su facilidad para marcar goles. Con 11 años viajó a España para probar suerte en la cantera del Real Madrid. Allí disputó un torneo infantil en Valdebebas, anotó varios tantos y dejó huella entre los técnicos merengues.

Sin embargo, la normativa de la FIFA prohíbe fichar a menores de 13 años de fuera de Europa, salvo mudanza familiar por motivos laborales. El sueño blanco quedó truncado y Álvarez regresó a su pueblo natal.

River Plate, el trampolín definitivo

Tras pasar por Atlético Calchín y probar en Boca Juniors, fue River Plate quien lo incorporó en 2016. Con Marcelo Gallardo como técnico debutó en 2018, apenas con 18 años, y pronto se consolidó como referente ofensivo.

En Núñez dejó actuaciones memorables, títulos locales y la Copa Libertadores. El propio Álvarez reconoció años después: “River fue muy importante en mi vida y en mi carrera”.

En 2022, River cerró su venta al Manchester City por unos 20 millones de euros. Allí se encontró con la exigencia máxima y con Pep Guardiola como mentor. Ganó la Premier League, la Champions y acumuló experiencia en el equipo más competitivo del continente.

En su despedida, Guardiola le dedicó palabras de gratitud: “Me agradeció por lo que dimos juntos”, recordó el argentino. Aun así, el City no pudo garantizarle protagonismo continuo y, como explicó el propio Álvarez, buscaba “ese espacio” que ahora disfruta en Madrid.

El verano de 2024 cambió su destino. El Atlético desembolsó 75 millones fijos más variables que pueden elevar la cifra a 95 millones, convirtiéndolo en la segunda incorporación más cara de su historia, solo por detrás de João Félix. Firmó contrato hasta 2030 con una cláusula de 500 millones de euros.

Simeone fue claro: “A Julián Álvarez hay que cuidarlo para que esté en el Atlético muchos años”. Desde su llegada, se ha ganado el corazón de la grada y la confianza total del técnico.

Un delantero codiciado en Europa

El potencial de Álvarez no pasó desapercibido. Antes de recalar en el Atlético, Arsenal, Chelsea y Barcelona tantearon su fichaje, mientras que en Inglaterra se habló de interés del Liverpool. El club rojiblanco blindó a su estrella consciente de que es uno de los delanteros más codiciados del continente.

El pasado fin de semana, Álvarez escribió la página más simbólica de su carrera colchonera. Marcó dos goles en la goleada 5-2 al Real Madrid, el equipo que una vez quiso ficharlo siendo niño.

“Quería protagonismo y acá lo encontré”, confesó tras el partido. Para el madridismo fue la constatación de lo que pudo haber sido; para el Atlético, la confirmación de que el sacrificio económico valió la pena.

La paradoja se cerró en el Metropolitano: aquel niño que jugó con la camiseta del Madrid en un torneo infantil ahora es el verdugo de los blancos en el derbi madrileño. La historia de Julián Álvarez demuestra que los destinos cambian, pero el talento siempre encuentra su lugar.

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