
El emblemático Monumento a la Tolerancia de Eduardo Chillida recupera su esplendor tras una exhaustiva intervención de restauración. La obra, situada junto al Puente de Triana en el Muelle de la Sal, vuelve a lucir como símbolo de convivencia en el paisaje urbano de Sevilla tras semanas de trabajos especializados.
La Gerencia Municipal de Urbanismo ha finalizado los trabajos de recuperación de esta pieza clave del patrimonio artístico sevillano. La escultura, inaugurada en 1992 durante la Exposición Universal, se ha convertido con el paso de los años en un referente cultural y ciudadano que simboliza el respeto y la diversidad.
"Con esta intervención, Sevilla recupera uno de sus hitos escultóricos más emblemáticos, una obra que simboliza la convivencia, el respeto y la diversidad que forman parte de la identidad de nuestra ciudad", señala el delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa. El responsable municipal subraya la importancia de preservar una creación que forma parte del imaginario colectivo de los sevillanos y visitantes.
Los trabajos, dirigidos por José de León, han seguido criterios rigurosos de conservación que respetan los materiales originales y la concepción artística del escultor vasco. La intervención ha perseguido un triple objetivo: garantizar la conservación, asegurar la estabilidad estructural y poner en valor el conjunto escultórico.
El proceso ha incluido una limpieza mecánica y manual de los depósitos superficiales acumulados por el paso del tiempo y la exposición a los elementos. Los técnicos han eliminado plantas vasculares mediante técnicas químicas especializadas, evitando daños en la superficie del hormigón.
Una de las actuaciones más delicadas ha sido la eliminación de óxidos con el pasivado de las armaduras internas, fundamental para evitar el deterioro estructural de la obra. Este procedimiento protege el acero que sostiene la escultura frente a futuros procesos de corrosión.
Los especialistas han recogido bordes con mortero de cal grasa, siguiendo técnicas tradicionales compatibles con los materiales originales de Chillida. Las zonas de hormigón deterioradas han sido reintegradas cuidadosamente, garantizando la coherencia estética y estructural del conjunto.
Como medida preventiva, se ha aplicado un tratamiento hidrofugante en toda la superficie. Este producto protege el monumento frente a la humedad y los agentes atmosféricos, especialmente relevantes en su ubicación junto al Guadalquivir. La proximidad al río somete la obra a condiciones de humedad elevada que aceleran su deterioro.
La intervención no se ha limitado al cuerpo principal de hormigón. Los elementos metálicos han recibido una limpieza mecánica y química exhaustiva que ha devuelto su aspecto original. Las placas conmemorativas presentaban procesos de corrosión que amenazaban su legibilidad.
Los restauradores han eliminado e inhibido la corrosión en estas piezas mediante tratamientos específicos. Además, han reparado el soporte que las sustenta, concluyendo con su pintado y puesta en valor. Estos elementos informativos forman parte integral del mensaje artístico y educativo del monumento.
"El Monumento a la Tolerancia es una obra que invita a la reflexión sobre el entendimiento entre culturas, un mensaje plenamente vigente en la Sevilla actual", destaca De la Rosa. El delegado enfatiza que la restauración preserva no solo una pieza artística, sino también un símbolo de lo que representa la convivencia en la ciudad.
La obra de Eduardo Chillida, uno de los escultores españoles más reconocidos internacionalmente, adquiere especial relevancia en el contexto actual. Su mensaje sobre la tolerancia resuena en una sociedad cada vez más diversa y multicultural como la sevillana.
El Ayuntamiento de Sevilla mantiene su labor de mantenimiento y restauración del patrimonio urbano, tanto histórico como contemporáneo. Esta actuación se suma a otras intervenciones en obras que forman parte del paisaje cultural y sentimental de la ciudad.
La administración local demuestra que la conservación patrimonial no se limita a monumentos históricos. El arte contemporáneo, como esta escultura de Chillida, requiere también atención especializada para garantizar su transmisión a futuras generaciones.
Los trabajos se han desarrollado bajo supervisión técnica especializada, garantizando que cada decisión respetara la integridad artística del original. Este enfoque metodológico convierte la intervención en un ejemplo de buenas prácticas en restauración de arte público contemporáneo.
El Monumento a la Tolerancia vuelve así a dialogar con el espacio urbano del Muelle de la Sal, reforzando su papel como punto de encuentro ciudadano y destino turístico cultural en el corazón histórico de Sevilla.