Una marcha reclama el Anillo Verde y denuncia la SE-20 como barrera

Más de una treintena de colectivos ecologistas han recorrido el cauce del Tamarguillo para visibilizar la importancia del futuro corredor verde metropolitano. Los participantes alertan sobre la expansión urbanística y la fragmentación del territorio por las infraestructuras viarias.
Sevilla
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Redacción LVS
Actualizado miércoles, 26 de noviembre de 2025 - 18:50

El Tamarguillo ha sido durante siglos un corredor natural que vertebra el este de Sevilla. Este fin de semana, decenas de personas han caminado junto a su cauce renovado para reclamar algo más que la simple canalización de un arroyo: exigen que la renaturalización de este espacio se integre de verdad en el tejido urbano, sin que las autovías conviertan el acceso en una carrera de obstáculos.

La Red EcoMetrópolis, que agrupa a más de treinta asociaciones del área metropolitana, ha organizado esta primera marcha interpretativa con un mensaje claro: el crecimiento de la ciudad no puede seguir dando la espalda a los espacios que garantizan la salud ambiental y la soberanía alimentaria. El recorrido, paralelo a la Ronda Supernorte (SE-20), arrancaba en las Lagunas de El Sapo, al este de la capital, y culminaba en la Isla de Tercia, donde el Tamarguillo desemboca en el Guadalquivir.

Entre los asistentes, profesionales de la biología, la geografía y la arquitectura compartían una queja común: la dificultad para acceder a pie o en bicicleta desde el casco urbano hasta esta zona norte. La SE-20, diseñada para absorber el tráfico perimetral, actúa en la práctica como una barrera física que fragmenta el territorio y dificulta la movilidad blanda hacia los espacios naturales periurbanos.

¿Qué propone el Ayuntamiento para el corredor verde?

La iniciativa ecologista coincide en el tiempo con la licitación municipal del plan estratégico del Anillo Verde y Azul y el corredor urbano del Guadalquivir. La Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente (GUMA) ha sacado a concurso este proyecto por un importe cercano a los 150.000 euros, con un plazo de ejecución previsto de once meses.

El encargo incluye la revisión del documento base elaborado en 2020 y la fijación de criterios homogéneos para identificar, conservar y restaurar la infraestructura verde y azul en todo el municipio. Además, el adjudicatario deberá redactar la documentación necesaria para la tramitación ambiental del avance del proyecto de trazado, una vez definidos los 42 kilómetros que componen el anillo, divididos en cuatro tramos.

Ese documento fundacional ya esbozaba un corredor ecológico que conectaría diversos parques y espacios verdes existentes, desde el estadio de la Cartuja hasta la Isla de Tercia, pasando por la exclusa de Tablada, el Parque Guadaíra y el Tamarguillo. El objetivo: facilitar la conexión con el medio natural y otros municipios del área metropolitana, creando una red de movilidad sostenible y biodiversidad.

Amenazas sobre los suelos más fértiles

Jesús Díaz, portavoz de la plataforma, contextualiza la marcha en un momento crítico para el territorio metropolitano. Durante el recorrido, los participantes pudieron comprobar cómo el crecimiento urbano ha ido cercando actividades esenciales relacionadas con la salud ambiental y la alimentación local.

El portavoz subraya una paradoja: "A pesar de tratarse de un territorio eminentemente agrícola que nutre de productos hortícolas al área metropolitana y el entorno rural desde época romana, existe una cantidad tan grande de proyectos urbanísticos que pretenden acabar con los suelos más fértiles y las últimas huertas de la ciudad, desde Higuerón Norte a San Nicolás Oeste".

El complejo de lagunas de El Sapo, punto de partida de la marcha, se encuentra amenazado por los desarrollos urbanísticos previstos en los suelos de Santa Bárbara. Allí se proyecta la construcción de 25.000 viviendas sobre una zona inundable y un humedal de notable valor ambiental donde actualmente se cultiva en regadío. Los ecologistas denuncian que se recuperan planes urbanísticos de hace más de dos décadas sin considerar los cambios normativos en materia de prevención de inundaciones y protección de ecosistemas.

La Isla de Tercia, entre el AVE y la agricultura ecológica

El otro extremo del recorrido, la Isla de Tercia, tampoco escapa a las presiones infraestructurales. El posible trazado del AVE Sevilla-Huelva podría afectar a este espacio donde varios colectivos desarrollan proyectos de reforestación y agricultura ecológica. Los organizadores de la marcha critican que, mientras se licita el plan del Anillo Verde, se mantengan vigentes decisiones que comprometen precisamente los espacios que deberían formar parte de ese corredor.

Díaz cuestiona la contradicción: "Por una parte se saca del cajón planes urbanísticos de hace más de 20 años en Santa Bárbara, y, por otra, presentan las autorizaciones ambientales, que la ley exige, como escollos para esos futuros desarrollos". En su opinión, la planificación territorial sigue priorizando la expansión urbanística sobre la preservación de los servicios ecosistémicos que garantizan la resiliencia de la ciudad ante el cambio climático.

Un ciclo de marchas para recorrer el futuro anillo

Esta jornada inaugural abre un ciclo de marchas destinadas a recorrer e interpretar los espacios que conforman el futuro Anillo Verde y Azul. La estrategia de la Red EcoMetrópolis pasa por visibilizar sobre el terreno la importancia ecológica y social de estos corredores, movilizando a la ciudadanía y generando presión para que la planificación municipal incorpore de forma efectiva la protección de los suelos agrícolas y naturales.

Entre las entidades que integran esta red se encuentran organizaciones como SAVE! (Salvemos el Anillo Verde del Este), Ecologistas en Acción, Espacio Verde Cortijo del Cuarto, Red de Sevilla por el Clima, Mesa Ciudadana por Tablada, y las asociaciones vecinales La Revuelta del Casco Antiguo y la Coordinadora Ciudadana de Parque Alcosa. La diversidad de colectivos refleja la transversalidad de un debate que afecta tanto a barrios consolidados como a espacios periurbanos.

El Ayuntamiento debe dar respuesta ahora, a través del plan estratégico licitado, a las nuevas demandas sociales en materia de infraestructura verde. El documento incluirá acciones para promover la comunicación, educación y participación ciudadana, un aspecto que los ecologistas consideran fundamental para que el Anillo Verde no quede en un mero ejercicio técnico, sino que se convierta en un proyecto compartido por la ciudadanía.

Mientras tanto, los colectivos ya preparan la siguiente etapa de su recorrido reivindicativo. La meta es recorrer los 42 kilómetros previstos, tramo a tramo, demostrando que es posible conectar la ciudad con su entorno natural sin necesidad de atravesar infraestructuras hostiles para peatones y ciclistas. La SE-20, concebida como solución a la congestión viaria, se ha convertido en el símbolo de una planificación que fragmenta el territorio. Revertir esa lógica es el objetivo de estas marchas que acaban de comenzar.

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