Los agentes han culminado este viernes una investigación que se prolongó durante más de dos meses tras el descubrimiento del cuerpo sin vida en un tramo cubierto del canal. El cadáver presentaba un avanzado estado de descomposición y había sido quemado, lo que impidió su identificación inmediata.

La autopsia reveló que la víctima había fallecido a consecuencia de un disparo efectuado con arma de fuego. Las pesquisas policiales se centraron en la barriada de Los Pajaritos, donde los investigadores obtuvieron informaciones relevantes que permitieron avanzar en el esclarecimiento del crimen, según ha informado el Cuerpo en un comunicado.

El desarrollo de la denominada Operación LEDA, ejecutada a finales de octubre con varios registros en distintos puntos de venta de sustancias estupefacientes de la zona, resultó clave para recopilar indicios suficientes. Los agentes concluyeron que el varón fue asesinado a mediados de agosto mediante un disparo en la cabeza en el interior de un narcopisos.

Tras cometer el homicidio, el presunto autor se deshizo del cuerpo con ayuda de su entorno familiar, quienes facilitaron un vehículo para trasladarlo hasta el lugar donde fue localizado. Allí lo arrojaron a través de un agujero y posteriormente le prendieron fuego utilizando gasolina, explican fuentes policiales.

Para culminar la investigación, la Policía Nacional efectuó dos entradas y registros destinadas a la captura del principal sospechoso. Las actuaciones contaron con la colaboración de Unidades de Seguridad Ciudadana, concretamente las Unidades de Prevención y Reacción (UPR) y la Unidad de Intervención Policial (UIP).

Los dos detenidos han pasado ya a disposición de la autoridad judicial, que determinará las medidas cautelares correspondientes. El presunto homicida está acusado de asesinato, mientras que la mujer arrestada responde por un presunto delito de encubrimiento.