El conjunto hispalense, dirigido por Matías Almeyda, ofreció su mejor versión en casa ante un rival que atraviesa una grave crisis de resultados. Los sevillistas, pese a contar con diez bajas entre lesionados y sancionados, demostraron una superioridad apabullante frente a un Oviedo que acumula ocho jornadas consecutivas sin conocer la victoria.

El partido arrancó de forma inmejorable para los intereses locales. En el minuto 4, Akor Adams adelantó al Sevilla con un tanto que inauguró el marcador. El delantero nigeriano se erigió en la gran figura del encuentro, no solo por su gol, sino también por su capacidad para asistir a sus compañeros y generar peligro constante en el área visitante.

La ventaja se amplió en el minuto 22, cuando Djibril Sow firmó el segundo tanto del Sevilla. El centrocampista suizo no desaprovechó la ocasión y batió al portero Aarón Escandell, estableciendo un cómodo 2-0 con el que ambos equipos se marcharon al descanso. El técnico asturiano Luis Carrión movió el banquillo en el intermedio, introduciendo a Dani Calvo y Álex Forés en busca de una reacción que nunca llegó.

Almeyda también realizó cambios y el Sevilla mantuvo el control

El entrenador argentino del Sevilla retiró a Sow en el descanso, dando entrada a Manu Bueno. La decisión no alteró el dominio sevillista, que continuó presionando en busca de sentenciar el choque. La insistencia tuvo su recompensa en el minuto 51, cuando Batista Mendy marcó el tercero tras otra acción elaborada por el equipo local.

El Oviedo, que presentaba seis ausencias entre lesiones y sanciones, no logró inquietar en ningún momento a Odysseas Vlachodimos. Los asturianos, instalados en la penúltima posición de la clasificación, encadenan ahora cuatro derrotas y cuatro empates desde la llegada de Carrión al banquillo, una racha que agrava su delicada situación deportiva.

La expulsión de Carmo dejó al Oviedo con diez

Cuando el partido entraba en su recta final, el central luso David Carmo vio la tarjeta roja por doble amonestación. El defensor recibió la primera amarilla en el minuto 82 y apenas un minuto después, en el 83, fue expulsado tras una segunda cartulina. La inferioridad numérica condenó definitivamente a un Oviedo que ya no tenía opciones de reacción.

Almeyda realizó más cambios en su equipo, retirando a Mendy y Alexis Sánchez en el minuto 77 para dar entrada a Miguel Sierra y Chidera Ejuke. Este último tuvo su premio en el tiempo de descuento, cuando en el minuto 89 firmó el cuarto y definitivo gol del encuentro, certificando la goleada más abultada del Sevilla en lo que va de curso.

Un triunfo que da aire al Sevilla en casa

Este resultado supone un alivio importante para el conjunto nervionense, que solo había logrado tres victorias en casa en lo que va de temporada. Ante 32.885 espectadores, entre ellos aproximadamente 300 aficionados oviedistas, el Sevilla demostró que cuando encuentra su mejor versión puede resultar un equipo muy peligroso.

La actuación de Akor Adams, autor de un gol y responsable de dos asistencias, destacó por encima del resto. El nigeriano firmó posiblemente su mejor partido desde su llegada al club hispalense, demostrando su capacidad goleadora y su visión de juego. Agoumé fue el único amonestado en el bando sevillista, recibiendo tarjeta amarilla en el minuto 59.

Por su parte, el Oviedo regresa a Asturias con las manos vacías y la moral por los suelos. Los de Carrión no han sido capaces de enderezar el rumbo desde la llegada del técnico catalán y se hunden cada vez más en la zona de descenso. El equipo mostró evidentes carencias en todas las líneas y fue incapaz de plantear resistencia alguna ante un Sevilla muy superior.

El árbitro del encuentro, Isidro Díaz de Mera, del comité castellano-manchego, no tuvo especiales complicaciones para dirigir un partido que estuvo controlado en todo momento por el conjunto local. Las últimas rotaciones del Sevilla llegaron en el minuto 86, cuando Agoumé dejó su puesto a Jordán.