El Salón de Plenos del Ayuntamiento vivió este miércoles una jornada de tensión inusual. Varios agentes de la Policía Local que asistían como invitados a la sesión desplegaron pancartas de protesta justo después de que PSOE, Vox y Con Podemos-IU votaran en contra del Plan de Navidad para el cuerpo. La acción provocó que los manifestantes fueran desalojados del hemiciclo entre abucheos y reproches cruzados, en una escena que refleja el malestar acumulado por la gestión del dispositivo festivo y el pago de las horas extraordinarias.
La votación dejó al equipo de gobierno del PP en minoría y abre un escenario de conflicto: el alcalde, José Luis Sanz, ya había advertido el martes que no descartaba imponer el plan de forma unilateral si no prosperaba en el Pleno. Esa posibilidad, que ya había sido rechazada públicamente por los sindicatos mayoritarios, cobró fuerza tras el resultado adverso en la votación.
Nada más abandonar los agentes el Salón de Plenos, José Luis Sanz tomó la palabra para reprochar a la oposición su voto en contra. El primer edil lamentó que se hubiera pitado a quienes apoyaban "que se paguen las horas extras y el Plan de Navidad que el Ayuntamiento se podía permitir". En su intervención, Sanz aseguró que "va a seguir trabajando para garantizar la situación" y acusó a socialistas, Vox y la confluencia de izquierdas de "poner en cuestión la seguridad de los ciudadanos".
El argumento del regidor se apoya en la necesidad de contar con un dispositivo reforzado durante las fiestas, un periodo en el que el centro de Sevilla multiplica su afluencia de visitantes y el comercio extiende sus horarios. Sin embargo, los grupos de la oposición han venido denunciando que el plan presentado no resuelve las carencias estructurales del cuerpo ni compensa adecuadamente las jornadas extraordinarias que deberán cubrir los agentes.
La protesta en el interior del Consistorio coincidió con una concentración convocada por los sindicatos CSIF, SPLS y Sppme en la Plaza Nueva. Los representantes sindicales exigen que el Ayuntamiento negocie con ellos el Plan de Navidad en lugar de aprobarlo de manera unilateral, y reclaman mejoras en las condiciones laborales del cuerpo, especialmente en lo relativo al abono de las horas extraordinarias acumuladas.
A la concentración se sumaron también trabajadores del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios, que han venido mostrando su apoyo a las reivindicaciones de la Policía Local en las últimas semanas. Ambos colectivos comparten quejas similares sobre la gestión de los recursos humanos y la compensación económica de los servicios extraordinarios.
CSIF, el sindicato mayoritario entre los agentes, ya advirtió la semana pasada que emprenderá acciones judiciales si el Gobierno municipal opta por imponer el plan sin acuerdo. La amenaza de judicializar el conflicto añade presión a un Ayuntamiento que necesita contar con un dispositivo operativo durante las próximas semanas, cuando la ciudad se prepara para recibir a decenas de miles de visitantes por el puente de diciembre, las compras navideñas y las celebraciones de fin de año.
La sesión de este miércoles había comenzado con normalidad, pero la tensión se instaló en el hemiciclo en cuanto se anunció el resultado de la votación sobre el Plan de Navidad. Los agentes que asistían como público desplegaron entonces pancartas con lemas contra la gestión del equipo de gobierno, aunque también dirigieron críticas a los grupos de la oposición por no apoyar una propuesta que, pese a sus carencias, garantizaba el pago de parte de las horas extras pendientes.
El desalojo fue ordenado por la Presidencia del Pleno y ejecutado sin incidentes mayores, aunque el ambiente quedó enrarecido durante el resto de la sesión. Varios concejales de la oposición aprovecharon el momento para cargar contra la gestión del alcalde, mientras que los ediles del PP defendieron que el plan rechazado era "el máximo que se podía ofrecer" dentro de las limitaciones presupuestarias actuales.
Ahora, con el plan bloqueado en el Pleno y la amenaza de imposición sobre la mesa, el Gobierno municipal deberá decidir si negocia una salida de consenso con los sindicatos o si opta por la vía unilateral, con el riesgo de judicialización y de prolongar el malestar en un cuerpo que ya arrastra tensiones acumuladas desde hace meses.