La Nocturna del Guadalquivir bate récord y se convierte en una gran fiesta ciudadana

Con 25.000 corredores, la carrera nocturna más emblemática de Sevilla une deporte, música y alegría popular en una noche inolvidable.
Sevilla
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Redacción LVS
Actualizado lunes, 29 de septiembre de 2025 - 19:36

Sevilla corrió de nuevo bajo las estrellas. La Nocturna del Guadalquivir KH‑7 2025 se vivió como una gran celebración popular, con récord de participación: casi 25.000 corredores de 55 nacionalidades convirtieron la ciudad en un escenario vibrante de música, luces y zapatillas en movimiento. En su 35ª edición, esta prueba demostró una vez más que no es solo una carrera, sino una forma de habitar la ciudad con alegría, salud y espíritu colectivo.

El circuito, de 8,5 kilómetros, partía desde el Paseo de las Delicias y recorría enclaves emblemáticos como el Palacio de San Telmo, la Torre del Oro o el Puente de San Telmo, para terminar de nuevo junto al río, con un despliegue técnico que incluyó música en vivo, iluminación especial, batucadas y animación en distintos puntos del trazado. Las calles se llenaron de espectadores que aplaudían, fotografiaban y se contagiaban del ambiente.

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, dio la salida oficial destacando “el carácter integrador, festivo y saludable” de la cita. Le acompañaban responsables del Instituto Municipal de Deportes (IMD) y representantes de los patrocinadores: KH-7, Coca-Cola, Cruzcampo, ABC de Sevilla, entre otros. La organización contó con 250 voluntarios desplegados en todo el recorrido, junto a un operativo de limpieza con 25 operarios y 12 vehículos que dejó la ciudad impecable tras la prueba.

Los ganadores en categoría absoluta fueron David Palacio, en masculina, y Carmen Gutiérrez, en femenina, aunque los focos no se quedaron solo en los tiempos. También fueron reconocidos corredores en silla de ruedas y handbike, reforzando el carácter inclusivo del evento. Muchos participantes corrieron en grupo, otros disfrazados, otros como reto personal. La Nocturna da cabida a todos, sin exigencia de cronómetro ni marca.

Las medidas de sostenibilidad también marcaron esta edición. Hubo zonas de reciclaje en salida, meta y puntos de avituallamiento; se apostó por materiales reutilizables y se amplió la señalización accesible. El evento demostró que se puede crecer sin perder el pulso cívico ni el respeto al entorno urbano.

Desde corredores que repetían por décima vez hasta quienes se estrenaban tras meses de entrenamiento, la sensación fue unánime: correr la Nocturna es formar parte de algo mayor. Un ritual moderno en el que Sevilla, más que competir, se celebra. Al cruzar la meta, muchos no miraban el reloj, sino alzaban la vista al cielo iluminado, respirando la noche como un premio compartido. Y es que pocas ciudades logran convertir una carrera en un recuerdo imborrable. Sevilla lo consigue, cada septiembre, con una sonrisa y unas zapatillas.