
El bronce vuelve a brillar en la Plaza de la Gavidia. El monumento a Luis Daoiz, el oficial de artillería sevillano que se convirtió en héroe del Dos de Mayo, luce de nuevo tras una actuación que ha frenado el deterioro acumulado durante años. La Gerencia de Urbanismo ha culminado una intervención que ha devuelto la dignidad a uno de los conjuntos escultóricos más emblemáticos del patrimonio de la ciudad, castigado por la contaminación urbana y las deposiciones de palomas.
La restauración ha abordado problemas estructurales y estéticos que amenazaban la integridad de la pieza. Entre los daños más visibles destacaban la suciedad acumulada en la escalinata y los relieves de bronce del pedestal, que presentaban signos iniciales de corrosión. La erosión había dañado la pátina del cierre ornamental que rodea el monumento, mientras que varios escalones de mármol mostraban roturas con pérdida de ángulos. Además, faltaban diversos elementos de bronce en la valla protectora que delimita el espacio.
Los especialistas han combinado procedimientos químicos y mecánicos adaptados a cada superficie. En los escalones se ha realizado una limpieza profunda que ha eliminado décadas de suciedad sin comprometer el material original. Para los relieves de bronce, el proceso ha resultado más delicado: la limpieza controlada ha permitido retirar los residuos acumulados sin alterar la pátina histórica que caracteriza estas piezas.
La fase de consolidación ha incluido la aplicación de resina acrílica en las zonas más afectadas por la erosión. Los escalones fragmentados han sido reintegrados mediante técnicas que respetan la estructura original del mármol. Como medida preventiva para el futuro, se ha extendido un tratamiento hidrofugante sobre la piedra que impermeabiliza el conjunto y lo protege de la humedad, uno de los principales enemigos de este tipo de monumentos expuestos a la intemperie.
La intervención se ha completado con la reposición de las piezas de bronce que habían desaparecido de la valla protectora, restituyendo así la composición original del conjunto tal como fue concebido por sus creadores.
El delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, situó estos trabajos dentro de una estrategia más amplia del Gobierno municipal. Durante su visita a la plaza, el edil explicó que "esta iniciativa forma parte del plan municipal de mantenimiento y puesta en valor del patrimonio histórico-artístico, con el que desde el Gobierno de José Luis Sanz buscamos proteger los espacios monumentales y conservar la identidad cultural de Sevilla".
El responsable municipal añadió que la actuación persigue un doble objetivo: "Esta intervención permitirá devolver al monumento su aspecto original y garantizar su conservación durante las próximas décadas". La afirmación cobra especial relevancia en un contexto urbano donde las esculturas al aire libre enfrentan continuamente la agresión de la contaminación atmosférica y los depósitos orgánicos procedentes de la fauna urbana.
Luis Daoiz y Torres, nacido en Sevilla en 1767, pasó a la historia por su defensa del Parque de Artillería de Monteleón durante el levantamiento popular contra las tropas napoleónicas el 2 de mayo de 1808. Junto al capitán Pedro Velarde, dirigió la resistencia que se convirtió en símbolo de la Guerra de Independencia. Mortalmente herido en el combate, Daoiz representa para Sevilla uno de sus hijos ilustres más reconocidos.
El monumento que ahora recupera su esplendor constituye una pieza fundamental del patrimonio escultórico sevillano. Su ubicación en la Plaza de la Gavidia, un espacio de gran tránsito peatonal en el centro histórico, lo convierte en referente visual para residentes y visitantes. La confluencia de esta zona con arterias comerciales explica también el grado de exposición a agentes contaminantes que había acelerado su deterioro.
El conjunto incluye una figura principal sobre un pedestal decorado con relieves que narran episodios de la gesta del oficial sevillano. La escalinata que eleva el monumento y el cierre ornamental perimetral completan una composición que dialoga con el entorno urbano y que, gracias a esta intervención, podrá seguir cumpliendo su función conmemorativa y estética durante generaciones.
Con esta actuación, el Ayuntamiento refuerza su compromiso con la conservación de un patrimonio que define la memoria colectiva de Sevilla y que requiere cuidados constantes para resistir los embates del tiempo y la vida urbana contemporánea.