
La Policía Local de Sevilla contará con una Unidad de Intervención operativa en el primer trimestre de 2026, una dotación especializada que no existía en la capital andaluza. El anuncio llegó este lunes durante el acto institucional del Día de la Policía Local, celebrado en un contexto marcado por la tensión con los sindicatos a tres días de un Pleno extraordinario sobre el dispositivo navideño.
La nueva unidad estará integrada por 30 efectivos: 25 agentes rasos, cuatro oficiales y un inspector al mando. Desde el Consistorio subrayan que el proceso de selección será "muy riguroso" y que la formación tendrá carácter continuo para garantizar un "grupo de élite". Este tipo de dotaciones, habituales en otras capitales españolas, se encargan de intervenciones de alto riesgo, dispositivos especiales y situaciones que requieren preparación táctica avanzada.
La creación de este cuerpo especializado se enmarca en la estrategia municipal para reforzar la seguridad ciudadana, aunque su puesta en marcha se demorará más de un año. Mientras tanto, la plantilla ordinaria sigue mostrando carencias estructurales que el propio regidor reconoce abiertamente.
José Luis Sanz dio la bienvenida oficial a 74 policías recién incorporados al cuerpo y recordó que 2024 cerrará con 102 nuevos efectivos en activo. A esta cifra se suman 90 agentes en formación gracias al convenio firmado con la Junta de Andalucía, de los cuales 40 prestarán servicio en Sevilla en los próximos meses. Pese a estos números, el alcalde admitió sin ambages que persiste un "déficit de agentes" en la plantilla municipal.
El primer edil explicó los condicionantes que limitan la ampliación de la plantilla. "Tengo dos limitaciones: la disponibilidad económica y la ley", señaló durante su intervención, en la que añadió con énfasis: "Ni siquiera el alcalde de Sevilla está por encima de la Ley". Estas declaraciones traslucen la tensión entre las demandas sindicales de más recursos y las restricciones presupuestarias y normativas que afectan a la contratación de personal funcionarial.
De los 102 policías que se integran este año en la plantilla, 74 acaban de tomar posesión formal de sus puestos. El resto se distribuye en dos grupos diferenciados: 53 agentes que finalizaron el curso de formación y se incorporaron en septiembre, y otros 40 que actualmente continúan su preparación en la escuela de la Policía Local.
Esta estructura escalonada de incorporaciones responde a la necesidad de mantener un flujo constante de efectivos ante las jubilaciones y bajas que se producen anualmente. Sin embargo, el ritmo de las altas sigue sin compensar completamente las salidas, lo que perpetúa el déficit estructural que arrastra la plantilla desde hace años.
El anuncio de la Unidad de Intervención se produce en vísperas del Pleno extraordinario convocado para este miércoles, que someterá a votación tanto el plan de seguridad para la Navidad como el pago de horas extraordinarias a los agentes. La propuesta municipal ha generado un rechazo frontal por parte de los sindicatos, que consideran insuficientes las condiciones laborales ofrecidas.
CSIF, uno de los sindicatos mayoritarios, advirtió de posibles "actuaciones judiciales" si el Ayuntamiento "impone el plan" sin consenso. Como gesto de protesta, representantes de esta central sindical no acudieron al acto institucional del lunes. La tensión laboral amenaza con condicionar el dispositivo de seguridad en fechas clave como la Navidad, cuando se multiplican los eventos multitudinarios y la presión sobre los servicios policiales.
Sanz aprovechó el acto para felicitar a los agentes que se jubilan tras décadas de servicio y para dar ánimos a quienes inician su carrera profesional. "Algunos de ellos son un ejemplo claro de la calidad humana", destacó el alcalde en referencia a los nuevos efectivos. El regidor insistió en su "obsesión" por mejorar tanto la plantilla como las condiciones laborales del cuerpo, aunque reconoció que los márgenes de maniobra son limitados.
El Consistorio mantiene abierta la negociación con los representantes sindicales, consciente de que cualquier mejora en la seguridad ciudadana pasa por alcanzar acuerdos que garanticen la estabilidad laboral y la motivación de una plantilla que, pese a los refuerzos, sigue por debajo de las necesidades reales de una ciudad de 700.000 habitantes.